Siento los días de retraso, pero espero que el correo express llegue hasta tan lejos y pueda hacerte sacar una sonrisa. Hoy es tu día, un año más. No me importa que ahora seas eternamente joven; para mí, cada día se suma a tu cuenta, que va creciendo conforme pasa el tiempo, que ahora se ha convertido en nuestro. Me toca darle play a todo aquello que dejaste a medias, impulsar mi rutina con algo de ritmo y hacerla más llevadera. Hay días en los que me siento terriblemente desgraciada, días en los que estoy 100% segura de que la suerte no se me incluyó en el pack... Sin embargo, sé lo increíblemente orgullosa que debo sentirme de ti. Orgullosa por haber dejado una huella tan, tan enorme entre nosotros, entre los que te pensamos cada día; afortunada por haber aprendido a ver la vida a través de tus ojos, aprovechando cada oportunidad que pueda hacer de este sentimiento recíproco, y así sentirme realizada. Tu recuerdo, que vive como un inquilino más en casa, nos ha hecho crecer y ser algo más que una familia unida. Creo que no estás fracasando en la que era tu única ambición en la vida: mantenernos felices. Ni siquiera todo el dolor que consume nuestro pecho nos ha permitido regalar nuestra fuerza, que lucha incansable por ti. Feliz cumpleaños papá. Te echo de menos, más de lo que me hubiese imaginado nunca.
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