![]() |
Eres la mayor barrera que la vida me ha puesto; la piedra
que siempre se antepone en el camino y me hace tropezar; mi mejor remordimiento
nocturno y la fuerza invisible que me obliga a dar siempre un poco más. Lo que
odio de todo esto, es que siempre pertenezcas a esa parte intangible e
invisible; que no formes parte de mis carpetas de fotos o de las reuniones
familiares. Lo bueno de ser invisible, es que puedo llevarte a donde yo quiera
y cuando quiera, porque ahora, solo tienes cabida en los largos caminos de mi
imaginación. Lo bueno de que no puedan verte es que puedes conocer cualquier
secreto y me ayudas a recomponer mi día cuando no sé qué dirección tomar. Pero
créeme que no hay ninguna ventaja en esto, por más que busques, no existe esa
vía positiva. Perdóname por tener días en los que el alma me pesa y tener que
echarte de mis hombros; romperme en mil pedazos y buscar consuelo en algún
abrazo que no sean los tuyos pero, incluso yo, que voy siempre pendiente de que
la gente me vea sonreír, necesito ese momento en el que ni tu ni nadie me pueda
ver llorar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario