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sábado, 5 de enero de 2013

XX

Me sorprende la facilidad con la que el ser humano es capaz de conseguir sacar una sonrisa a un rostro aburrido. Cuánto amor somos capaces de ofrecer a las personas en las que nos apoyamos, a esas a las que sentimos deberles tanto. Hoy, os escribo en señal de agradecimiento; para deciros lo enormemente afortunada que me siento por poder creerme parte de vuestro mundo. Porque no habéis dudado a la hora de comeros la cabeza para provocar mucho más que una sonrisa. Personalmente, creo que los cumpleaños están para recordarnos, al menos una vez al año, quiénes son a los que no les pesa la distancia o los años, quiénes permanecen con pies de plomo aun estando sobre aviso de cualquier temporal de viento. Y en serio, me lo habéis demostrado de la mejor manera posible; que es provocándome esa sensación de éxtasis de felicidad, esas ganas de querer quedarme en vuestro abrazo y no seguir creciendo. Admiro la forma que tenéis, cada uno a su manera de, aun siendo personas completamente difrentes, conseguir entender una parte de mí y saber apreciarla  así. Creo que uno de los mayores placeres del mundo es encontrar una mirada cargada de cariño, radiante por verte sonreir y enorgullecida de la entereza de tus días; y es por eso por lo que no me importa entregarme a cada uno de vuestros malos momentos, que escucharía mil veces más el mismo problema y estaría una vida entera buscando el detalle que enfoque bien vuestra sonrisa, que me entrego a cada minuto que me necesitéis si la recompensa es esa adorable persistencia por ayudarme siempre a encontrar la salida que necesito. En serio, muchísimas gracias por hacer los caminos un poquito más llanos.

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