Cuento las horas que quedan para volver a verte, los minutos que pasan desde el último te quiero y, los segundos que voy a tardar en volver a pensar en todo lo que nos pesa. Ojalá pudiera administrarme una dosis de estabilidad y poder dejar de una vez de levantarme con una sonrisa bipolar, que se borra rápido cuando recorro nuestros últimos meses. Quisiera volver a ese bosque en el que una vez tendiste un mantel sobre el suelo y allí, nos prometimos un camino que ahora solo veo repleto de piedras. Quisiera despertarme y ver mil rosas por el suelo, volver a sentir presión por llegar más alto que tú y sorprenderte una vez más. Ojalá vuelvan a llover ideas sobre tu cabeza con el propósito de sacar a pasear mi sonrisa. Me encantaría volver a viajar en tu mirada durante escasos segundos que parecen horas. Que me abraces y me beses en la nuca mientras que en cada bocanada de aire, suspiras un te quiero sincero. Pero ahora, estás lejos. Estás casi inalcanzable. Así que dime, ¿qué hago? Arriesgar por ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario