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domingo, 26 de agosto de 2012

Miedo

De verdad que no nos entiendo. Si ya de por sí la vida no se entretuviera lo suficiente en ponernos a prueba, a nosotros nos gusta añadir dificultad al asunto, y convertir el miedo en un pasajero habitual sobre nuestros hombros. Miedo al compromiso, al qué dirán, al dolor, a ser rechazada. Miedo, qué palabra más absurda; que aparece cuando estás solo, cuando te aburres y te da por encerrarte en una habitación llena de preocupaciones. Entonces, miras el reloj, y te das cuenta de que en las últimas horas no has pensado en nada, has estado con la mente en blanco, o quizá del color de sus ojos... El caso, es que cuando tú ocupas mi tiempo, me doy cuenta de la enorme complicidad que tenemos; tan destructiva que acaba con toda clase de miedos, dejándolos a un lado, para la hora de la siesta tal vez. -A veces pienso que habría que dejar que todo pase solo, que las cosas ocurran, que el destino siga su curso para ver lo que te depara. Cuando pienso en estas cosas no suelo sentirme feliz, si no, no las pensaría, simplemente sería así, continuaría con mi vida sin darme cuenta. Otras veces pienso que tienes que luchar y procurar conseguir lo que quieres con todas tus fuerzas. Pero cuando miro hacia atrás, nunca sé reconstruir lo que realmente ha pasado, averiguar las causas o razones que me han llevado a comportarme de cierta manera. Entonces vuelvo a hacer planes de futuro y siempre son dos las voces que bullen en mi cerebro: una me dice que deje que las cosas pasen; la otra, que luche. Y al final, no hago ni una cosa ni la otra, sigo oscilando entre las dos. Pero ahora he comprendido que eso es lo que vale, que así seré siempre, pues de no haberme comportado de ese modo, no me habría pasado todo lo que me ha pasado. Vamos, dejémonos de pensar mil veces las cosas que solo definen mejor la línea de esa escultura llamada miedo que siempre nos empeñamos en reconstruir. No tenemos que casarnos, solo te pido que te subas al puñetero tren conmigo. Me da igual qué manías tengas, cómo seas cuando te enfadas, si no eres romántico... Sencillamente me gustas tú, me gustas así.-

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