Han vuelto las noches de tormenta; en las que ves las horas pasar y solo sabes recorrer la cama de un lado a otro, buscando el iPod a oscuras para cambiar de canción. Noches en las que pienso más de lo que debería en ti, y cuanto más bloqueo tu nombre, más veces acierto la contraseña y vuelves a revolotear por aquí. Ojalá supiera entender todo esto, conocer cada aroma de tu cuerpo y así no caer en la tentación de imaginármelo. Que venga a por mí y me recoja en sus brazos amables. Que me diga que hoy soy especial. Que no necesite esconderme de lo que llevo dentro. Que me apriete fuerte, y me sonría con ternura. Quiero que me quieras tanto que duela al dolor. Un agridulce dolor.
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