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martes, 5 de junio de 2012

Qué tontería. No sé cómo has surgido de repente en mis pensamientos, pero lo has hecho. Será que hoy he hablado de ti más de la cuenta y me han entrado esas terribles ganas de comerte a besos. Quiero recorrer tu cuerpo con la tentación de hacerte mío y entrecortar tu respiración. Perder la noción del tiempo, y ¿por qué no? también del lugar. Hacernos partícipes de las tensiones que respiran entre nosotros y liberarlas en un instante. Quiero ver anochecer tu cuerpo y amanecer tu sonrisa. No entiendo bien este torbellino inquieto que surge y me rompe en pedazos cuando me doy cuenta de que solo vives en algún compás de mis canciones más excitantes. Al fin y al cabo las canciones acaban, los caprichos, también... Y a este, no le doy más de 24 horas.

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