Si pudiera te desharía las maletas, o por lo menos, trataría de llenarlas de mí, de cosas que te hiciesen recordar que vivo pendiente de todos tus movimientos. Todas aquellas locas cosas que dijimos se han quedado a medio camino; unas se fueron contigo, con el humo del tren que te hizo partir... y otras, otras aún permanecen en mi cama. Sé que habrá días en los que se te olvide pensar en mí, en los que estarás más pendiente de hacer malabares con los recuerdos para no darte cuenta de lo mucho que te echo de menos. Piensa en todo lo que hemos vivido, en las pocas sensaciones que podremos repetir de la mano de cualquiera. Que no llegue el momento en el que te olvides del color apagado de mis ojos, de mi sonrisa, de mis ganas continuas de ti, de quererme como nadie lo ha hecho. Yo espero, espero todos los años que necesitemos. Mientras, aquí estoy yo, echándote de menos hasta la saciedad...
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